lunes, 12 de septiembre de 2011

Más que un simple número, más que cualquier mes, más que todos y cada uno de los días de cualquier año, pero exactamente un ventisiete de septiembre de milnovecientosnoventaynueve.

Aquel día, 
cuando apenas sabíamos hablar, 
cuando éramos lo suficiente inocentes como para sonreír con cualquier cosa, apareció ella,
una niña con pequitas, era de las más altas, pero siempre iba con una sonrisa, mi sonrisa. 
Desde aquel día, 
se ha convertido en una persona muy importante en mi vida, 
de las que cuento con los dedos de una mano,
con la que he compartido todo tipo de momentos, desde los días más felices hasta los más tristes, 
pero ha estado ahí que es lo que importa, 
durante doce años, viéndome crecer. 
Hace más de un mes, que no veo su sonrisa, no escucho su voz, no puedo reírme con ella, no me cuenta sus problemas o lo bien que está.
Es como si hubiera desaparecido de aquí, como si hubiera olvidado doce años en un mes, pero la echo de menos, echo de menos vivir día a día todo tipo de sentimientos a su lado. Echo de menos a mi hermana, de la que no me separaba ni un solo día.  

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Sentimientos